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Reseña de “La pareja, el mejor lugar del mundo” del Lic. en Psicología Javier Regazzoni para la edic

  • Lic. Javier Regazzoni
  • 23 oct 2016
  • 4 Min. de lectura























En tiempo de acontecimientos veloces el psicólogo y psicoterapeuta gestáltico Rafael Perandones invita reflexionar sobre algo tan cercano y que por momentos se torna invisible: el vínculo de pareja. Con una escritura dinámica, detalles teóricos, historias de pacientes y su experiencia personal y familiar, invita a realizar un recorrido muy rico sobre los puntos más sobresalientes de las parejas.

La pareja, “el mejor lugar del mundo” según su teoría, está compuesto por una serie de fenómenos complejos, biográficos, familiares y personales que el autor va mostrando con gran sutileza. Cada lector, después de su lectura y experiencia, podrá llegar o no a la misma conclusión.


Crecer y conocer

En su invitación a la reflexión sobre el verdadero sentido de vivir en pareja aborda los grandes fenómenos, como la sexualidad, el amor y el compromiso, pero también aporta una visión más profunda desde la espiritualidad y la madurez emocional.

En este sentido el autor habla de la necesidad “…que se produzca un verdadero cambio de consciencia, un salto evolutivo que permita cambiar nuestra forma de percibirnos y percibir el universo que nos rodea”.


Del “Yo al Nosotros”

Perandones define a la pareja como una red dinámica de sucesos interrelacionados, ninguno de los cuales es fundamental, todas las partes siguen el ejemplo de las propiedades de los demás. Propone reconocer al otro como un individuo autónomo, con su propia identidad y proyectos que le son propios e incambiables. Ver al otro implica reconocerlo en sus deseos y proyectos que le son propios. Cuando logramos “ver” al otro, el enamoramiento se incrementa.

Desde el inicio del recorrido el autor marca la importancia del crecimiento personal para poder concretar el sueño de una pareja saludable, camino que irá transformando el Yo, en un Nosotros. Soltar el control es el primer gran paso en el crecimiento personal. Asumiendo “…el desafío de conocer y dejarse conocer”.

En esta línea el autor plantea que la transición de los egos individuales hacia la construcción de un “nosotros” resuelve uno de los temores básicos de nuestra especie: el miedo a la soledad. “…La comunicación abandona las periferias del ego…para entrar en la del nosotros, que nos conecta con la totalidad en la que ya nunca estaremos solos”.


Administrar las diferencias

La comunicación en toda pareja constituye otra de las claves de la mutua construcción. Esta debe ser horizontal, clara y transparente. En muchas ocasiones no compartir información no está asociado a un ocultamiento malintencionado. Las comunicaciones poco claras, especialmente aquellas que ocultan como nos sentimos, alejan de la esencia de nosotros mismos, una de las condiciones más importantes para la construcción del “nosotros”.

La buena comunicación de las parejas no se construye a partir de las coincidencias, sino más bien a partir de una gestión saludable de las diferencias. Perandones dice: “El arte de la pareja no está en alcanzar unanimidades, sino en administrar las diferencias”.

En este sentido recalca la importancia de contar con un espacio para el diálogo de los dos. La necesidad de espacios para la construcción de un diálogo saludable es una demanda en franco crecimiento en la consulta de parejas. El espacio de dialogo debe ser algo privilegiado, cuidado y sostenido por ambos integrantes.


Ver al otro

En varios pasajes veremos reflejada una de las ideas más importantes planteadas por el autor. La capacidad de ver al otro sin juicios ni condenas permite entrar en contacto con otro auténtico y transparente. A primera vista puede parecer un desafío sencillo, pero resulta que se trata de una de las demandas más repetidas en las consultas psicológicas de parejas.

En esta línea Perandones indica que la pareja es el mejor lugar para poner en práctica las mejores habilidades de nosotros mismos.


La capacidad de dar

El amor verdadero implica una continuidad que se logra mediante un acuerdo tácito de “dar” sin esperar algo a cambio, “…y ese dar constituye la más alta expresión de la potencia del ser humano”. Al lograr poner en práctica el dar sin esperar una retribución se experimenta una sensación de vitalidad muy potente. En este sentido resulta claro que plantearse objetivos que permitan crecer y mejorar será uno de los desafíos más delicados a la hora de construir un “nosotros”. Así, el amor verdadero será perseverante ante las dificultades que puedan presentarse, construyendo un manto protector ante la adversidad.


Un nuevo lugar

Ese nuevo lugar construido a partir del autoconocimiento es capaz de trascender el individualismo y cuenta con el enorme poder del encuentro con el otro. Perandones manifiesta que para tener una sociedad sana es imprescindible atender a la salud de las familias, siendo la pareja el primer paso en ese camino.

En el largo trayecto hacia la felicidad aporta un rico mensaje cuando se refiere al amor de pareja como un camino de sanación.

Para llegar al “mejor lugar del mundo” será necesario recorrer un camino lleno de desafíos. El compromiso y un fuerte deseo de caminar juntos serán los indicadores más importantes para esta travesía. El conocimiento sobre uno mismo, la capacidad de aprender a ver y de dar sin esperar algo a cambio son solo algunas de las claves que podremos ir descubriendo a través de este libro editado por Grijalbo, disponible desde hace unos meses en librerías a $450,00 y que, en resumen, nos habla sobre el amor, el compromiso y la madurez emocional que todos deberíamos asumir al elegir estar en pareja.

 
 
 

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